Nuestras vidas no siempre son alegres. Hay momentos en que nos cansamos. Este evento casi siempre ocurre en la vida de cada uno de nosotros, lo que nos genera ansiedad. Hay muchas historias en la Biblia de personas cansadas que Dios bendijo de nuevo.
Si observamos la historia de Job, veremos que se cansó de su camino por la vida. Le hizo muchas preguntas a Dios sobre esa difícil situación. En otro incidente, vemos que el profeta Elías, incluso después de su victoria en la vida, estaba tan cansado que oró al Señor para que terminara con su vida. De estos incidentes, podemos aprender que la fatiga es parte de la vida de todos y es parte de ella.
Cuando nos cansamos, debemos volver a Dios. Jesús nos dijo: «Si estás cansado y agobiado, ven a mí y yo te daré descanso». Jesús no quiere darnos descanso físico, sino descanso espiritual. Si ponemos todas nuestras cargas en Dios, sentiremos que Dios realmente se preocupa por nosotros.
San Pablo escribió en sus cartas que, como creyentes, debemos terminar la carrera en la que hemos entrado. Solo entonces recibiremos la recompensa del Señor. No importa cuán cansados estemos en la vida, debemos recordar que la gracia de Dios nos basta.
Cuando estemos cansados de la vida, pediremos a nuestros hermanos en la fe que oren juntos. Mediante esta poderosa oración, sin duda recibiremos consuelo y la gracia de Dios. También dependeremos de Dios porque todos sus planes para nuestras vidas son para bien.
Veamos los siguientes versículos bíblicos que hablan sobre el cansancio de la vida.

“Cercano está Jehová a los quebrantados de corazónY salva a los contritos de espíritu”
— Salmos 34:18

“Venid a mí todos los que estáis trabajados cargados, yo os haré descansar”
— Mateo 11:28

“Él da esfuerzo al cansado, multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas”
— Isaías 40:29

“¿Por qué te abates, oh alma míaY por qué te turbas dentro de mí?Espera en Dios; porque aún he de alabarleSalvación mía Dios mío”
— Salmos 42:11
“Porque hermanos, no queremos que ignoréis acerca de nuestra tribulación que nos sobrevino en Asia; pues fuimos abrumados sobremanera más allá de nuestras fuerzas, de tal modo que aun perdimos la esperanza de conservar la vida”
— 2 Corintios 1:8
“Después de esto abrió Job su boca, maldijo su día”
— Job 3:1
“Me he consumido a fuerza de gemirTodas las noches inundo de llanto mi lechoRiego mi cama con mis lágrimas”
— Salmos 6:6
“Aborrecí, por tanto, la vida, porque la obra que se hace debajo del sol me era fastidiosa; por cuanto todo es vanidad aflicción de espíritu”
— Eclesiastés 2:17
“Él se fue por el desierto un día de camino, vino se sentó debajo de un enebro; deseando morirse, dijo: Basta ya, oh Jehová, quítame la vida, pues no soy yo mejor que mis padres”
— 1 Reyes 19:4
“Maldito el día en que nací; el día en que mi madre me dio a luz no sea bendito”
— Jeremías 20:14

“Dije: ¡Quién me diese alas como de palomaVolaría yo, descansaría”
— Salmos 55:6

“Me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo”
— 2 Corintios 12:9

“Mi carne mi corazón desfallecenMas la roca de mi corazón mi porción es Dios para siempre”
— Salmos 73:26

“Pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, no se cansarán; caminarán, no se fatigarán”
— Isaías 40:31
“Mi corazón está acongojado, me ha dejado mi vigorY aun la luz de mis ojos me falta ya”
— Salmos 38:10
“Está mi alma hastiada de mi vidaDaré libre curso a mi quejaHablaré con amargura de mi alma”
— Job 10:1

“Por tanto, no desmayamos; antes aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día”
— 2 Corintios 4:16
“Me acordaba de Dios, me conmovíaMe quejaba, desmayaba mi espíritu. Selah”
— Salmos 77:3

“De igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles”
— Romanos 8:26
“Respóndeme pronto, oh Jehová, porque desmaya mi espírituNo escondas de mí tu rostroNo venga yo a ser semejante a los que descienden a la sepultura”
— Salmos 143:7
“Lo tendré aún en memoria, porque mi alma está abatida dentro de mí”
— Lamentaciones 3:20
“Porque mi alma está hastiada de malesY mi vida cercana al Seol”
— Salmos 88:3

“Fíate de Jehová de todo tu corazónY no te apoyes en tu propia prudencia”
— Proverbios 3:5

“Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”
— Filipenses 4:13
“He sido derramado como aguasY todos mis huesos se descoyuntaronMi corazón fue como ceraDerritiéndose en medio de mis entrañas”
— Salmos 22:14
“Porque mi vida se va gastando de dolor, mis años de suspirarSe agotan mis fuerzas a causa de mi iniquidad, mis huesos se han consumido”
— Salmos 31:10

“No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia”
— Isaías 41:10

“El Dios de esperanza os llene de todo gozo paz en el creer, para que abundéis en esperanza por el poder del Espíritu Santo”
— Romanos 15:13

“Pacientemente esperé a Jehováse inclinó a mí, oyó mi clamor”
— Salmos 40:1

“Cansado estoy de llamar; mi garganta se ha enronquecidoHan desfallecido mis ojos esperando a mi Dios”
— Salmos 69:3

“Echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros”
— 1 Pedro 5:7
“En la multitud de tus caminos te cansaste, pero no dijiste: No hay remedio; hallaste nuevo vigor en tu mano, por tanto, no te desalentaste”
— Isaías 57:10
“Entonces Jesús les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí, velad conmigo”
— Mateo 26:38
“Hambrientos sedientosSu alma desfallecía en ellos”
— Salmos 107:5

“¿Por qué te abates, oh alma míaY te turbas dentro de mí?Espera en Dios; porque aún he de alabarleSalvación mía Dios mío”
— Salmos 42:5

“Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora; porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré”
— Hebreos 13:5

“No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí”
— Juan 14:1

“Se deshace mi alma de ansiedadSusténtame según tu palabra”
— Salmos 119:28

“Por lo cual, animaos unos a otros, edificaos unos a otros, así como lo hacéis”
— 1 Tesalonicenses 5:11

“En la multitud de mis pensamientos dentro de míTus consolaciones alegraban mi alma”
— Salmos 94:19

“Vosotros, hermanos, no os canséis de hacer bien”
— 2 Tesalonicenses 3:13

“No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos”
— Gálatas 6:9

“Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor de dominio propio”
— 2 Timoteo 1:7

“Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti”
— Isaías 43:2

“Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación”
— Mateo 5:4

“Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo”
— Juan 16:33

“Mi porción es Jehová, dijo mi alma; por tanto, en él esperaré”
— Lamentaciones 3:24

“En mi angustia invoqué a Jehováclamé a mi DiosÉl oyó mi voz desde su temploY mi clamor llegó delante de él, a sus oídos”
— Salmos 18:6

“Invócame en el día de la angustiaTe libraré, tú me honrarás”
— Salmos 50:15

“Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia hallar gracia para el oportuno socorro”
— Hebreos 4:16

“Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración ruego, con acción de gracias”
— Filipenses 4:6
“Alzaré mis ojos a los montes¿De dónde vendrá mi socorro?”
— Salmos 121:1

“Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse”
— Romanos 8:18

“Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman”
— Santiago 1:12

“Que estamos atribulados en todo, mas no angustiados; en apuros, mas no desesperados”
— 2 Corintios 4:8

“Dios es nuestro amparo fortalezaNuestro pronto auxilio en las tribulaciones”
— Salmos 46:1

“Gozosos en la esperanza; sufridos en la tribulación; constantes en la oración”
— Romanos 12:12

“¿Está alguno entre vosotros afligido? Haga oración. ¿Está alguno alegre? Cante alabanzas”
— Santiago 5:13

“Aunque ande en valle de sombra de muerteNo temeré mal alguno, porque tú estarás conmigoTu vara tu cayado me infundirán aliento”
— Salmos 23:4

“Oh Jehová, ten misericordia de nosotros, a ti hemos esperado; tú, brazo de ellos en la mañana, sé también nuestra salvación en tiempo de la tribulación”
— Isaías 33:2